Un hombre con una sensación extraña.
Constante y extraña.
Entonces el hombre va al médico.
Este lo revisa y no encuentra nada específico.
Tras ello, lo envía a hacerse una serie de
exámenes.
En uno de ellos le dicen que tiene peces abisales
en su estómago.
Un gran número de médicos se reúnen para decirle
que tiene peces abisales en su estómago.
Él dice entonces que no ha comido nada extraño y
ellos le explican que se trata de peces abisales vivos.
Parece ser un caso único.
Una enfermera habla de un caso en Cuba con un
paciente al que le encontraron diminutos peces dorados en la sangre.
Pero alguien la corrige diciéndole que eso es un
cuento de Cortázar.
De todas formas, le explican, este es un caso todavía
más inesperado.
Y es que a pesar de encontrarse en el estómago los
peces no parecen verse afectados por ácidos ni otras sustancias.
Parecen estar
viviendo a sus anchas, le dice uno de los médicos.
Tras esto, le acercan al hombre unas imágenes que
han podido captar de los peces.
El hombre los mira y los encuentra feos.
A pesar de eso, se encuentra absorto en la idea de
tener algo vivo dentro suyo.
Algo que está viviendo
a sus anchas, como dijo el médico.
Además, no se trata de peces comunes, sino de peces
abisales, que solo existen en las grandes profundidades de los océanos.
Quizá por esto, a pesar de lo extraño de la
situación –y de las incomodidades que lo llevaron a ir en primera instancia al
médico-, el hombre se opone a la idea de que extirpen esos peces.
Después de todo, ellos viven en su profundidad,
piensa el hombre.
Y viven a sus anchas.
Por último, al hombre le hacen firmar una carta
para que asuma la responsabilidad de su tratamiento y le ofrecen una serie de
condiciones y beneficios para que su caso pueda ser estudiado a fondo por la
institución que lo atendió.
Si el hombre acepta o no, por cierto, no viene al
caso.
Lo que importa es que el hombre sigue con su
sensación extraña, aunque ahora está consciente de esa misma sensación.
De la profundidad de esa sensación, digamos.
Realmente es un placer leer estas cosas. Saludos profe
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