Tengo un tío abuelo que ganó un premio por ser el
pistolero más rápido de la región de la Araucanía.
Si hasta existe una placa de bronce donde se
recuerda su logro y su segundo lugar a nivel nacional, en un encuentro
realizado a mitad del siglo pasado, en la Patagonia.
Y claro… desde pequeño me sentí orgulloso de
aquella placa y de aquel tío abuelo que solo conocí en fotos.
Tanto así que una vez, cuando tenía siete años, me
llevé la placa a Santiago para mostrársela a mis compañeros de colegio.
Lo malo de
la historia, sin embargo, vine a descubrirlo bastante después, por parte de
unos parientes y de un diario regional de la época.
Lo que descubrí fue que, si bien mi tío era
ciertamente el pistolero más rápido, tenía una puntería tan deficiente, que
debían incluso desalojar parte del espacio donde se realizaba el concurso de
tiro, para que no hubiese heridos.
Asimismo, en la noticia guardada (referida al
campeonato nacional realizado en la Patagonia) se señala que mi tío abuelo
habría ganado, en principio, el primer premio, pero debió ser penalizado por
herir de bala a uno de los jueces, que se encontraba a sus espaldas.
Luego de eso, según me cuentan, el tío abuelo
dejó de disparar y se había centrado en su trabajo, de pequeño agricultor.
Y sí… usted puede tomar esto como una pequeña información
sobre ese tío abuelo, o puede también intentar reconocer los genes en estos
escritos.
Después de todo, nunca se sabe bien dónde apuntan
estos textos, o si están destinados incluso a llegar, finalmente, a algún
sitio.
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