-Lo cierto es que lo encontraba chanta –me dijo-. O sea, ese es el
resumen... Pero la historia es otra.
-Cuéntala –dije yo.
-Es que no sé… tampoco es que haya mucho que contar… Pero el caso es
que desde que llegó a la villa las cosas cambiaron…
-¿En qué sentido?
-En un mal sentido po, hueón… Me refiero a que el tipo vivía como a dos
casas y siempre estaba con esa actitud superior… como si los demás fuésemos
hombres de utilería…
-¿De utilería?
-Sí… Me refiero a que te miraba como si él fuese el único de verdad, y
todos los demás llevásemos una especie de vida equivocada…
-Pero, ¿les decía algo?
-No… O sea, a nosotros no, pero el hueón puso ese taller y entonces
comenzó a hablarle a nuestras esposas… Ya sabes… la armonía espiritual y toda
esa mierda…
-¿Y qué hicieron ustedes?
-Al principio nada po, hueón… Dejamos que ellas fueran e hicieran
ejercicio… yo pensé que se trataba de eso no más…
-¿Y no fue así?
-No po, hueón… ese es el punto… De a poco las mujeres comenzaron a
cuestionarnos… a vernos como hombres a medias, digamos… como si nos faltase
saludar al sol y toda esa hueá…
-¿Pero te lo dijeron así, directamente?
-Sí po… Si hablaban de esa pura hueá… Uno llegaba a la casa y te salían
con el discurso… A mí la Carla me hueveaba por el aura, por ejemplo, decía que
el profesor le había dicho que yo tenía que trabajar en mi aura…
-¿Y qué le dijiste tú?
-¿A la Carla?
-Sí.
-A ella casi nada… o sea, al principio me enojaba, pero después comencé
a hacerme el hueón, mejor… Fue entonces que decidimos pegarle al profesor de
yoga…
-¿Los hombres de la villa?
-Sí… o sea, los más amigos, claro… Era como para proteger a nuestras
mujeres… El Marcos, Walter, el Aldo…
-Pero Aldo no tiene ni esposa….
-Pero nos apoyaba po, hueón… Además peleaba bien, y era de la villa…
-¿Pero eran necesarios tantos para pegarle?
-No po… al final no, si el hueón ni se defendía… pero habíamos pensado
que el tipo sabía alguna hueá… como monje shaolín, o algo así…
-Sí po, si se les paso la mano…
-Puede ser… Pero al final como lo vimos penca nos fuimos turnando…
después del día en que lo asustamos todos, le pegó el Marcos solo… después el
Jorge…
-¿Jorge…? Pero si es súper chico… yo pensé que ni peleaba…
-No, si no pelea… pero el profe de yoga no se defiende…
-Pero lo fracturaron po, hueón…
-Sí, puede ser… pero Walter también se fracturó…
-Pero se fracturó pegándole po, hueón… Se fracturó la mano…
-Pero se fracturó po, hueón… Esa hueá te dije…
-¿Y fue entonces que el profe los denunció?
-No, hueón… si no nos denunció…
--¿Y entonces…? ¿Estay aquí de gusto, acaso?
-No po… si igual es por eso… Lo reconozco... pero me denunció la Carla…
-¿Ella…?
-Sí… me lo contó después eso sí… dijo que lo hacía por mi bien…. Que iba
a comprender todo después…
-¿Y…? ¿Has comprendido algo?
-Ni una hueá… pero pa que me saquen luego estoy estudiando… Del
espíritu y toda esa mierda…
-¿Y la Carla?
-Creo que se fue unos días a vivir al taller…
-¿Con el profe de yoga?
-En el taller, hueón… Siempre está lleno de mujeres ese lugar…
-…
-Yo calculo, en todo caso, que me sueltan en el juicio del martes… ahí pretendo hablar bien con ella, y hacerla entrar en razón…
-¿Hacerla entrar en razón?
-Sí po, hueón… eso es lo más difícil… que razone y vuelva a la casa…
-¿Y si razona y decide otra cosa?
-¿Viniste a huevearme…?
-No… te lo digo en serio.
-No va a pasar eso, hueón… Yo conozco a la Carla…
-¿Estay seguro?
-Seguro po, hueón… conozco su aura, su espíritu… toda esa mierda…
-Suerte entonces.
-Gracias, hueón... pero...
Etc.
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