-Oye hueón… ¿por qué hay un cactus en el refrigerador?
-¿Cuál refrigerador?
-El único que tenemos po, hueón… en la cocina.
-Ah ese…
-Sí po, ese.
-¿No estaba malo?
-No, acuérdate que lo arreglaron el mes pasado.
-¿El mes pasado?
-Sí po, acuérdate que vino el señor ese que recomendaron los de la
botillería…
-¿Pero estás seguro que fue el mes pasado?
-Sí po, seguro.
-Entonces no tendría cómo saber.
-¿Cómo saber qué…? No te entiendo…
-Es que yo no estaba aquí el mes pasado.
-¿No estabas?
-No po, hueón… no estaba… ¿no te acordai…?
-No mucho.
-Sí po, hueón, acuérdate que fui al sur a ver a mi tía.
-¿Cuál tía?
-La tía Gloria po, hueon… la del lunar en el ojo.
-¿Un lunar en el ojo…?
-O sea, en el párpado, un lunar grande…
-No te acordai que cuando la vimos tú pensabai que te estaba cerrando
un ojo…
-Ah… esa tía… la que nos hizo un kuchen…
-¿Un kuchen?
-Sí po, uno de manzana… ¿no te acordai?
-¿Estai seguro?
-Sí po… yo me lo comí casi todo porque parece que tú le sentiste olor a
canela.
-Puede ser, soy alérgico a la canela.
-Viste… si yo me acordaba algo… la tía Gladis, ¿no?
-Sí po, ese era el nombre… a esa tía fui a ver.
-¿Pero no había muerto esa tía?
-Sí po, hueón… fui a verla al funeral y al final me quedé todo el mes
pasado.
-¿Fue todo el mes?
-Sí… casi exacto… cuatro semanas, fueron…
-Harto igual.
-Harto po, hueón.
-¿Y no me trajiste nada?
-¿De dónde?
-De dónde está tu tía, po hueón.
-¿Del cementerio?
-No po… de la ciudad, digo yo…
-Ah… de dónde fui…
-Sí po… de ahí.
-¿No te pasé nada cuando volví?
-No po… nada.
-Chucha… yo juraba que te traía algo.
-Juraste mal entonces.
-Sí po, juré mal.
-…
-…
-¿Sabes…? Dicen que es grave esa hueá.
-¿Jurar mal?
-Sí po… jurar mal.
-…
-O sea, no tan grave, pero igual es grave.
-¿O sea que la cagué?
-Sí po, la cagaste…
-…
-…
-¿Y si traigo unas cervezas mejor, pa relajarnos?
-Ya po… tráete dos.
-…
-…
-¡Oye hueón…! ¡Adivina…!
-¿Qué cosa?
-¿Por qué mierda hay un cactus en el refrigerador?
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