I.
En las distintas versiones de Pinocho para niños -la
de Disney por ejemplo-, Gepeto reza para poder tener un hijo. En la versión original,
en cambio, Gepeto se hace cargo de sus deseos y se dedica a construirlo,
directamente.
No conozco todavía una versión en que sean
compatibles ambas cosas.
II.
Fui hasta donde trabajaba Radrigán, una vez.
Lo vi ensayar y corregir sus textos a partir del
trabajo con sus actores.
Y claro, hubo algo que me impresionó en todo aquello.
A tal punto me impresionó que llegué a sentir
vergüenza.
De hecho cuando me acuerdo, todavía me vuelve la
vergüenza.
III.
Lo hermoso de vivir bajo tierra –dice el protagonista
de una novela soviética de ciencia ficción-, es que tenemos que construirnos nuestro
propio sol, nuestra propia luna, y hasta nuestras propias estrellas.
IV.
¿Ves a ese tipo de allá?
Pues te cuento que ese tipo ronca, pero no duerme.
Me encontré con él en el doctor, el otro día, y me
contó.
Estaba desesperado.
Si incluso cuando sueña, no duerme.
El doctor le dijo que iba a morir joven, a menos
que durmiera más.
Sumando y restando, sin embargo, al final es casi
lo mismo.
V.
En las distintas versiones de Pinocho para niños -la
de Disney por ejemplo-, Gepeto reza para poder tener un hijo. En la versión original,
en cambio, Gepeto se hace cargo de sus deseos y se dedica a construirlo,
directamente.
No conozco todavía una versión en que sean
compatibles ambas cosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario