martes, 13 de mayo de 2025

Nunca estamos más cerca.


I.

Mentimos.

Nunca estamos más cerca de la muerte.

O sea, estamos cerca, pero siempre estamos a la misma distancia.

Ayer leía, por ejemplo, que a una enfermera se le cayó de los brazos un recién nacido.

No se explicaba bien la situación, pero lo cierto es que el bebé cayó y se rompió el cráneo.

Breve y triste argumento, lo reconozco, pero argumento al fin.

Mentimos.


II.

Tengo un vecino que pasó ya los cien años.

Todavía camina, aunque es lento y tiembla bastante.

Da unos pasos en el jardín y sale a la puerta de la casa.

Los que lo ven lo saludan, pero creo que él ya no reconoce a nadie.

Esto lo hace, por cierto, aproximadamente una vez a la semana.

Lo ayuda a salir y a entrar una hija suya que ya es abuela.

Muchos sonríen cuando lo ven y luego hacen comentarios.

Yo no le encuentro ninguna gracia.


III.

Mentimos.

Nunca estamos más cerca de la muerte.

Por ejemplo, el bebé que se rompió el cráneo sobrevivió, luego de la caída.

Todavía no se sabe si quedará con daños, pero la gente se alegra.

Luego, por supuesto, comentan sobre la enfermera y lo que debe ocurrir con ella.

Se entretienen hablando de eso, por algún rato.

No digo que este mal, por cierto, solo describo lo que hacen.

Mentimos.

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