Puedes verlo, me dijo.
Desde ese ovni están grabando.
Da lo mismo quién, aunque supongo que es alguien que está dentro de ese ovni.
Esa luz verdosa y suave que se observa en un costado, ¿la ves?
Pues esa es la forma en que lo hacen.
O sea, no la forma, pero es la huella que deja su mecanismo de grabación.
Ahora mira.
Sí, hacia allá, junto a ese edificio.
Cuenta tres pisos desde arriba hacia abajo.
La segunda ventana... ¿No te lo había dicho?
Ese es el hombre que está grabando al ovni.
Fíjate a dónde apunta con su celular.
Sí... está grabando al ovni desde el que también están grabando.
Es extraño, pero siempre ocurre así.
Me refiero a que si hay un ovni, siempre hay un hombre que lo está grabando.
Es como una máxima.
O al menos así se me presenta, cada vez.
No exagero...
Ni siquiera sé lo que es primero.
Yo simplemente corroboro lo que sé.
Es decir, si veo a uno, busco de inmediato al otro.
Y lo cierto es que siempre termino encontrándolo.
Por otro lado, no sé si se graban realmente el uno al otro.
O sea, sé que el hombre graba al ovni, pero no sé qué es lo que enfocan desde este último.
Una vez, de hecho, sentí que me estaba grabando a mí.
Y claro, como yo acostumbro grabar a la persona que está grabando ovnis, sentí que se formó (esa vez) algo así como un bucle.
Nada terrible ni angustioso, pero de todas formas un hecho singular.
Un bucle anecdótico, digamos.
Poco más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario