miércoles, 16 de abril de 2025

Ella dice que ve vibrar las cosas.


I.

Ella dice que ve vibrar las cosas.

Que las observa por varios minutos, concentrada, hasta que percibe aquellas vibraciones.

Piedras, lápices, objetos… cualquier cosa, en realidad.

No todo vibra igual, me explica.

Según sus ejemplos, entiendo que esas vibraciones no coinciden en frecuencia ni en dirección ni en intensidad.

De todas formas, no tiene teorías al respecto.

Solo constato el hecho, concluye.

Y no dejo de sorprenderme, ante él.


II.

Cuando alguien muere también vibra, me dice un día.

O comienza a vibrar, más bien.

Nunca lo hace antes.

Antes late.

Pulsa.

Como de dentro hacia fuera, pero poquito.

Yo la observo, mientras me habla.

Ha abierto la mano y la ha cerrado, mientras me explica.

Ha muerto su padre hace unos meses y ella estuvo ahí cuando murió.

Supongo que habla de eso, de cierta forma.

Que esa es su fuente, quiero decir.

Cuando alguien muere, dice ahora, ese alguien comienza a vibrar.

Esto es porque se convierte en cosa, probablemente.

Y deja entonces de ser alguien.


III.

La luna vibra, me dice un día.

Vibra la luna, pero el sol no.

El sol pulsa.

La tierra, en ocasiones, también pulsa.

¿Y yo?, le pregunto.

Tú intentas vibrar, me contesta.

No sé por qué, pero te esfuerzas por vibrar.

Probablemente quieras acercarte a las cosas, pero en realidad no sé.

Entonces me observa.

En silencio, me observa.

Y yo digo:

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales