-Ella me pide una bici, pero es gorda… Tú la conocís
po hueón… mi esposa es gorda. A veces estamos con amigos y ella se pone a
hablar y me culpa por no comprarle la bici… Lo peor es que yo me fijo en
nuestros amigos y ellos saben que ella no puede andar… ellos saben, pero no lo dicen…
y el malo siempre termino siendo yo…
-¿Y por qué no se la comprai no más…?
-Porque justamente no soy malo po hueón… Me refiero
a que no podría usarla, aunque quisiera… Y entonces la pasaría más mal… Se
avergonzaría… inventaría excusas… Y claro, al final la dejaría en el patio,
abandonada…
-Y ya no tendría a quién culpar…
-Exacto. Habría pasado de ser el malo a ser la
victima… el hueón que se quedó con la gorda… con la que no puede ni siquiera
andar en bici… tú sabes… así lo vería ella…
-¿Y entonces…?
-Entonces nada. Mejor que lo vea así. Que piense en
irse al trabajo en bici y todas esas cosas… que siga culpándome no más,
mientras yo la protejo…
-¿Y después…?
-No lo sé, en realidad… supongo que habrá que ver…
pero al menos así, como está todo, no habrá bici… y todo seguirá más o menos
igual…
-¿Y eso es bueno…?
-No podría asegurarlo… pero al menos no es malo.
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