Ves nombres.
Incontables nombres.
Yo también lo hago.
Por lo mismo, los veo, no los
cuento.
No es por nada, pero tú, a veces, te equivocas.
Paso por las letras… las sílabas…. Sigo ritmos.
Tú, en cambio, agrupas y haces listas.
No es tan malo, en todo caso.
Puede ser cuestión de estilos.
Con todo, yo prefiero mi método.
Y es que todo lo que es grupo, me suena a unión artificial.
Todo ese orden, me refiero.
¿Me entiendes…?
Todo me suena a lista de hospital, o a cementerio.
No sé si me explico…
Y es que además… ellos ya pasaron por esto.
Tú lo sabes.
Yo, en cambio, si bien lo sé, hay veces que lo olvido.
No me gusta, de hecho, recordar aquello.
Actúo simplemente como si desconociera lo anterior.
Digo sus nombres.
Los llamo.
Ellos ni siquiera saben dónde están llegando.
Se muestran confiados.
Creen, incluso, que yo soy más humano.
¿Y sabes…?
Hasta yo me estoy sintiendo, de esa forma.
Y bueno… eso quería decirte, en realidad.
Los demás, de hecho, me tienen sin cuidado.
Yo me estoy sintiendo más humano.
es un diario sentir que de repente se entume por la sobriedad de la vida.
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