-No digo que no importe –me dijo-. Me refiero a que
el hecho concreto puede que importe, pero si lo pensamos bien, no importa cómo
ocurre nada.
-¿No importa cómo ocurre nada? –pregunté.
-Claro… eso es agregar preocupaciones, si con los
hechos mismos basta…
-Pero hablábamos de relaciones humanas…
-Claro… en ese ámbito me refiero… Podemos quedarnos
en la forma todo el tiempo que quieras, pero finalmente la clave está en lo que
ocurre, nada más…
-…
-¿Qué pasa…? ¿No estás de acuerdo?
-No sé… Tal vez esté de acuerdo, pero justamente de
una forma distinta a la tuya…
-Pero entonces está bien… lo que ocurre en este
caso es estar de acuerdo… eso es lo importante.
-¿Y la vida? –pregunté entonces.
-¿Qué pasa con la vida?
-¿Acaso no es algo que ocurre, simplemente?
-¿A qué te refieres?
-A que según tu lógica, si la vida es un hecho… o
un algo que ocurre al menos, no importaría el cómo se vive… no importaría cómo
ocurre…
-¿Y tú piensas que sí importa cómo ocurre?
-Es lo único que depende de uno, supongo…
-Pues has entendido poco –me dijo-. Eso tampoco
importa.
-…
-Parece que vas a tener que organizar tus nuevos
aprendizajes… -siguió.
Yo lo dejé hablar.
Pero no aquí.
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