-Millones de personas pueden escribir historias, -me
dijo-. Casi todas, de hecho. Pues bien, yo te pido que convengas en que si
todas las creaciones de esos hombres son distintas, debe de existir en algún
sitio una idea de historia más amplia que todas, donde cada una de esas
historias esté contenida...
-¿Contenida en ella…?
-Sí, como en un conjunto.
-¿Cómo la idea de Platón?
-No exactamente, pero más o menos…
-¿Y qué pasa con las historias…?
-Pasa que al estar contenidas… o al menos hacer
referencia a otra historia, pasan a ser historias falsas, o parciamente falsas,
al menos…
-¿Por qué?
-Porque la historia real es otra… es un conjunto
grande…
-¿Y entonces…?
-Entonces ocurre que millones de personas creen que
escriben historias, pero en realidad escriben cosas que pueden ser guardadas en
la gran idea de historia, pero que difieren notablemente de su naturaleza…
-¿Y mienten entonces?
-Sí… Ese es el punto al que quería llegar… Las
millones de personas que deben estar escribiendo algo literario y pensando que
de alguna forma alcanzan la verdad, están mintiendo al llamarlas de esa forma…
y no pueden estar haciendo la “verdad”… pues ella escapa a su naturaleza…
-¿Pero no sucedería lo mismo con todo…? ¿La gente
que está viviendo, incluso…? ¿No habría una vida, por ejemplo, distinta y más
amplia que aquello que llamamos vida cada uno de nosotros…?
-Tal vez, pero yo te lo decía desde la literatura…
desde la paradoja de intentar…
-No hay literatura –interrumpí-. Eso es lo que
menos hay.
-Pero, ¿y acaso esto mismo no es literatura…? -intentó
decir.
-No hay –insistí-. Y además se acaba siempre de
improviso, y hasta de la misma forma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario