I.
-¿Malo?
-Sí, malo.
-¿Pero qué tan malo?
-Malo. Lo malo simplemente es malo. No tiene gradación.
-¿Malo de maldad, dices tú?
-Sí, malo de maldad. De ahí viene la palabra, ¿no crees?
-Sí, pero también a veces como que viene de otros lados…
-Pues yo no hablo de eso. Nunca hablo de lo que viene de otros lados, ya lo sabes.
-Ahora lo sé.
-¿Ahora?
-Sí, ahora que los has explicado.
-Siempre es ahora, no jodas. Siempre lo es…
II.
-¿Y dices que es entonces cuando pasará?
-Sí.
-¿No antes?
-No, no creo. No es posible que ocurra antes.
-¿Por qué no?
-Porque no. Porque no es posible.
-¿Pero por qué no es posible?
-Porque primero debe ocurrir eso absoluto de lo que te hablaba antes.
-¿El mal?
-No, no es el mal, te digo. Es lo malo.
-…
-No te lo voy a explicar otra vez, así que esfuérzate por entender.
-Me esfuerzo, no creas.
-Pues no se nota.
III.
-¿Y así se llega al final?
-No puedo responderte eso.
-¿Por qué no?
-En primer lugar porque no quiero, y además porque no se dice así.
-¿Así cómo…?
-Que no es que se llegue al final, sino que llega el final.
-¿Llega el final?
-Sí. Así es.
-Ya. Llega el final, entonces.
-Sí.
-¿Y así llega?
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