“No, gracias, no se preocupen.
Yo estoy bien aquí”.
S. A.
En uno de los antiguos cómics de Batman se muestra que el Alfred, el mayordomo de Bruce tiene a alguien a su cargo. De hecho, no se muestra como una novedad, sino como algo que sucede habitualmente, aunque no se muestre a ese otro personaje.
De hecho, es el mismo Alfred quien le aclara a Robin que no puede ser llamado mayordomo si no tiene a más gente a su servicio, y que no podría atender de buena forma todos los requerimientos por sí mismo.
-¿Entonces tú también tienes tu propio Alfred? -le pregunta Robin.
-Preferiría no llamarlo de esa forma -contesta Alfred-. Pero sí.
-¿Y por qué no lo vemos nunca? -pregunta ahora Robin.
-Porque no es su labor ser visto -le explica Alfred-. Pero lo ven a través de sus labores. Además, el amo Bruce podría ponerse inquieto si se entera.
La conversación continúa en un par de viñetas, en las cuáles Robin se compromete a guardar el secreto y hasta parece alegrarse pues él mismo parece sentirse como un “segundo Batman”, enorgulleciéndose así de su función.
Luego de esto, por cierto, este ayudante de Alfred nunca vuelve a mencionarse -no solo en esa edición, sino en los cientos de números que aparecieron luego, hasta nuestros días-, y parece quedar en el olvido.
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