No sé a quién, sinceramente, pero el punto es que a alguien se le ocurrió decir que Heráclides Póntico había postulado que algunos planetas (Marte y Venus, según recuerdo) giraban en torno al sol; y que el sol, luego, giraba en torno a la Tierra. Todo esto –aclaro-, varios años antes que Aristarco de Samos desarrollase las primeras ideas reconocidas actualmente como heliocentristas, según el consenso general.
Ahora, respecto a la propuesta de Heráclides Póntico, creo incluso haber leído sobre la existencia de unos cálculos que servían para validar, casi a la perfección, esa supuesta teoría.
Otra cosa que leí, por cierto, es que esos cálculos, reconocían como elíptica la forma en que giraban esos cuerpos, allá en la altura.
-¿Cuentas esto para quitarle culpas a Copérnico? -preguntaron, cuando me tocó hablar de aquel asunto.
-No –contesté-. Copérnico debe cargar con sus culpas, aunque en el fondo creo que son otras.
-¿Otras? –me cuestionaron.
-Sí –dije ahora-. Falta de evidencias, por ejemplo. Aunque si soy sincero creo que lo más grave fue algo que no quedó escrito… Además de su intención, claro.
Como lo anterior lo dije con seguridad, no agregaron –esta vez-, nada más.
-Igual no sé bien de qué sirve todo esto –comenté entonces-, salvo para recordar nuestra molestia con Copérnico.
-Es cierto –comentaron.
A lo lejos, justo entonces, un perro comenzó a ladrar.
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