jueves, 9 de enero de 2025

A propósito de héroes.


I.

Nunca expresé realmente la manera en que quería que ocurrieran las cosas.

Y no porque no lo tuviese claro ni mucho menos.

No lo hice porque entendí, simplemente, que la manera en que quería que ocurrieran las cosas era algo profundamente mío.

Tanto así que, aunque quisiese, compartirlo con otros sería a fin de cuentas algo imposible de realizar.

Enunciarlo sí, por supuesto, pero la comprensión final estaría siempre demasiado lejos.

Y no sería, finalmente, el héroe de nadie.



II.

A propósito de héroes, recuerdo a un niño que corría por la calle en que viví cuando pequeño.

Era un chico muy delgado, que andaba siempre con un chaleco salvavidas.

Un chaleco típico, de esos naranjos, que a él le quedaba un poco grande.

Si lo veías correr, podías apreciar que su actitud era la de un héroe, como si hubiese estado corriendo con una capa.

Sin embargo, pensaba yo, su salvavidas indicaba que solo podría salvar a uno, en un eventual naufragio.

Probablemente, a sí mismo.



III.

En síntesis: pasamos al frente voluntariamente, aunque no sepamos para qué.

Y esto, por cierto, no nos transforma en héroes.

La forma en que queremos que ocurran las cosas no es, necesariamente, un anhelo digno.

Y el salvavidas con el que corremos, no ha sido testeado en lo absoluto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales