domingo, 6 de octubre de 2024

Nos buscamos donde no estamos.


El asunto es simple: nos buscamos donde no estamos.

Por eso no nos encontramos.

Esto si nos buscamos, por supuesto.

No digo con esto que no lo hagamos, aclaro.

No soy tan tajante.

Pero hay que reconocer que no se trata, al menos, de un proceso permanente.

Me refiero a que de vez en cuando, simplemente, nos acordamos de aquello.

De la importancia de aquello, me refiero.

Y es solo entonces cuando buscamos (o cuando pensamos en buscar al menos), como si fuese algo importante.

Nerviosos, inquietos y hasta a veces con algo de angustia.

Como si de alguna extraña forma ya supiésemos que es tarde.

Además., buscamos sin saber muy bien dónde.

Sin saber dónde y cayendo siempre, por si fuese poco, en el mismo error:

Buscarnos lejos de nosotros mismos.

Es extraño, si lo piensas, pero eso es lo que hacemos.

Buscarnos lejos.

Como si nos hubiésemos dejado olvidados en otro sitio.

O estuviésemos varados en uno al que todavía no hemos llegado.

De cualquier manera, el resultado de todo aquello no varía en lo absoluto.

No nos encontramos.

Y es entonces cuando otros quehaceres nos ayudan a olvidar aquel fracaso.

Y hasta nos convencen de que no se trata en lo absoluto, de una necesidad.

Y pensamos que es complejo, pero en el fondo no es complejo.

Ni en el fondo ni en la superficie resulta complejo.

Y es que el asunto es simple, como les decía en un inicio.

Pueden buscarlo, de hecho, si quieren saber a qué me refiero.

Yo, al menos, no me pienso repetir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales