miércoles, 2 de octubre de 2024

Nombra.


Nombra a tres personas vivas que te recuerden de niño. Que te recuerden y hayan comprendido, más o menos, como eras en esa época. Tres personas que recuerden aquello con afecto, además, y que de cierta forma sigan viendo a ese niño cuando te observan ahora, con tantos años de distancia.

¿No hay tres? Pues entonces que sean dos. Dos al menos, que tengan acceso a esos recuerdos. Incluso con algo de ayuda, si quieres, tras ver alguna foto vieja o conversar con otros sobre alguna anécdota de antaño…

¿Tampoco hay dos? Pues entonces uno, digamos. Uno al menos, para que aquello no se pierda. Para que no seas solo lo que eres ahora y nada más.

Por supuesto, no se trata de decir que hay algo malo en lo que eres ahora. Pero si piensas que eres lo que eres ahora estarás pensando en ti como algo incompleto, al menos. Dejando de lado una parte importante que, de una forma u otra, llevas todavía encima. O dentro.

¿Y si no hay una, me preguntas? ¿Qué pasa si ya no hay nadie que recuerde aquello? Pues, si no hay siquiera una, la tarea es ciertamente más difícil. Más compleja, digamos, pero por sobre todo tuya. Necesariamente tuya. Mirarte a ti mismo por esos otros ojos y descubrir con ello no solo tu imagen, sino algo más. Algo distinto. Algo que tal vez no viste antes y que nunca agradeciste. Dale nombre a eso, al menos.

Dale nombre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales