lunes, 29 de abril de 2024

No quiso decirme qué pasó.


No quiso decirme qué pasó.

Se lo pregunté varias veces, pero se negó a dar una respuesta.

En principio solo permaneció en silencio y luego comenzó a excusarse.

Que no había visto nada, que no sabía… o que algo vio, pero no lo comprendió en lo absoluto.

Fue entonces que le hablé de responsabilidad, del poder del testimonio como afirmación del individuo…

De todas esas teorías que nos enseñaron a utilizar para casos como este.

Y sí, tal vez me ofusqué un poco, pero nunca llegué a usar malas palabras ni nada parecido.

Si hubo violencia fue simplemente porque al hablarle intenté que se viera el fondo y en el fondo siempre hay violencia.

Violencia quieta, en todo caso.

Subyacente.

Eso puedo aceptarlo, por supuesto.

El punto es que todo siguió igual y ninguno de nosotros cedía un poco.

Por cansancio, tal vez, llegó a decir en un momento que no es que no quisiera decirlo, sino que realmente no podía.

Lo que pasa es que al final nunca pasa nada, recuerdo que me dijo.

Por eso no puede decirse.

Lo recuerdo bien porque esas fueron algunas de las frases que escribí en la declaración.

Dos hojas de declaraciones, al final, pero solo con frases inconexas, que nada decían.

Un poco como esto, lo admito, pero probablemente más alejado de la verdad.

No sé qué más, finalmente, pueda agregar al respecto.

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