martes, 23 de abril de 2024

Me serví un café cargado.


Me serví un café cargado.

Lo defino como cargado cuando empleo en su elaboración el doble o más de lo que se considera necesario.

Generalmente hago esto cuando quiero permanecer despierto, pero esta vez lo hice más bien sin pensar.

De hecho, justamente era de madrugada, y quería dormir.

Eso ocurrió hace dos horas.

Entre tanto, no sé con qué tipo de lógico, me decidí a preparar otra café cargado -esta vez “ultracargado”-, para contrarrestar los efectos del primero.

No funcionó por supuesto.

Así que, como no podía dormir, me instalé ante el computador y he comenzado a escribir esto.

Desde la línea anterior a la que usted lee actualmente acaba de pasar -acá, por supuesto-, media hora.

Por esto, calculo que el primer café cargado me lo tomé ya hace poco más de dos horas y media.

Ahora, como en cuarenta minutos más me debiese levantar he decidido no intentar dormir y escribir un texto que valga la pena.

Por lo mismo, acabo de prepararme otro café cargado.

El texto que vale la pena, por cierto, no es este, sino que abrí en Word otro documento para escribir en él algo valioso y en este solo la verdad.

Debo confesar, sin embargo, que el otro documento permanece aún en blanco.

Y que ya pasaron los otros cuarenta minutos.

Ahora, como siempre, debo prepararme para ir a trabajar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales