Por el sector donde vivo aparecen en ocasiones extraños anuncios pegados. No sé bien cuál es su propósito u objetivo -ni mucho menos quién los hace o los pega-, pero tienen relación con personajes literarios.
Así, en vez de buscar un gato o un perro extraviado, he visto anuncios que apelan a la búsqueda de Mr. Darcy (de Orgullo y Prejuicio) o uno, por ejemplo, en el que solicitan datos para encontrar a un pequeño niño de madera.
Más allá de la inquietud que me provoca el descubrir quién podrá ser el que pega estas cosas -hay en los anuncios un número telefónico, pienso recién ahora, al que nunca he llamado-, me intriga pensar que hay alguien viviendo en este sector que se toma el tiempo para esto, y que tiene además ciertos conocimientos literarios… algunos de ellos, incluso, un poco más específicos.
Digo esto pues también he encontrado escrito en un banco los nombres de Gilgamesh y Enkidu, además de alguna que otra referencia a personajes de Dostoievski, Melville, y hasta frases del Bouvard y Pecuchet, de Flaubert, que no es muy conocido que digamos.
De hecho, ayer mismo, igual que cuando arrojan a las casas algún pequeño anuncio de reparto de comidas u otro similar, encontré un papel que ofrecía gratis las tartas de frutas que hacían Queenie y Buddy, para navidad, y que les proporcionaba alegría para casi todo el resto del año.
En vez del precio, son embargo, se incluía una forma de obtenerlas, bastante simple y directa:
“Falta todavía para navidad, Queenie dice que tiene todo este tiempo para merecer una de sus tartas. Haga méritos.”
No sé si el papel llegó a otras de las casas, pero sinceramente lo agradezco.
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