domingo, 29 de junio de 2025

Principios de asociación.


I.

Ella: De las polillas a la luz, de la luz al sol, del sol al calor, del calor al verano… y bueno, podríamos seguir así un buen tiempo hasta que alguien nos corrija.

Él: Pues yo no seré el que corrija. Poco me importan los principios de asociación, en realidad. Una vez tuve que hacer un trabajo sobre eso y fue un suplicio. Todavía lo recuerdo. Tuvimos que leer un texto en el que un tipo dividía los tres principios básicos en doce o quince más…

Ella: ¿Y sirvió de algo aquel trabajo?

Él: Por supuesto que no. Era absurdo desde un comienzo.


II.

Ella: Supongo que de todas formas hiciste aquel trabajo.

Él: ¿Qué trabajo?

Ella: Ese sobre los principios de asociación del que me hablaste el otro día… Uno que dijiste que era absurdo y que agregaba un montón de nuevos principios a los de Aristóteles…

Él: ¡Ah…, ese!

Ella: Sí, ese.

Él: ¿Qué pasa con eso?

Ella: Nada en particular. Solo digo que supongo que igual lo hiciste.

Él: Claro. Debía hacerlo.

Ella: Eso digo: debías hacerlo y lo hiciste.

Él: Por supuesto que lo hice. Por eso te hablé de él.

Ella: No te lo reprocho… Tranquilo.


III.

Él: Era distinto en un inicio, ¿no crees?

Ella: ¿Tú?

Él: No… Me refiero a todo. A la forma en que se vinculan las cosas, o los seres… o a cómo creemos que se vinculan…

Ella: Tú también eras distinto.

Él: Claro. Y tú también. Todo, en realidad.

Ella: De las polillas a la luz…

Él: Por supuesto… ¡Todo!

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