martes, 21 de enero de 2025

Un hormiguero.


I.

Encontramos un hormiguero esa vez, pero no nos pareció la gran cosa. Las hormigas sí, por supuesto, pero no el hormiguero. Se burlaron de nosotros cuando lo dijimos así, pero los que no entienden son ellos.

-Un día, tal vez, pero ya no fue hoy -les dijimos.

Luego, nos fuimos del lugar, para probar nuestro punto.


II.

Caminamos varios kilómetros antes de detenernos a descansar.

Mientras lo hacíamos, observábamos el camino recorrido.

No se veía del todo, pero eso es lo que ocurre siempre, con los caminos que uno recorre.

También observamos varias aves y un par de lagartijas que se movían sobre la corteza de un árbol, buscando la luz del sol.

-¿Qué pensarán que es el sol, las lagartijas? -nos preguntamos.

Como nuestras respuestas no nos dejaron satisfechos intentamos acercarnos a ellas, para preguntarles directamente.

Ambas huyeron cuando nos vieron venir, aunque una de ellas se desprendió de su cola que quedó agitándose en el suelo.

Probablemente como una respuesta.


III.

Cuando regresamos, esa noche, los otros nos dijeron que en realidad no era uno, sino siete los hormigueros que había en el lugar.

Luego intentaron instruirnos hablándolos de las supercolonias, de la eusociabilidad y otros conceptos que no recuerdo.

Tras escucharlos, concluimos que cualquier argumento que quisiéramos presentar no sería bien recibido.

-Allá ellos… -dijimos.

-No merecen ser salvados.

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