jueves, 26 de septiembre de 2024

¿Sabes qué pasa?


I.

-¿Sabes qué pasa si dices tres veces la palabra “resurrección”, en voz alta? -me preguntó.

-Nada -le dije.

Él me observó, en silencio.

Yo, por supuesto, le devolví la mirada.

Luego dejó pasar un rato, y se marchó.


II.

Al parecer hacía lo mismo con varios.

Se acercaba sin mucho preámbulo y te lanzaba una pregunta.

Como la de la resurrección, por ejemplo, que me había lanzado a mí.

No pedía dinero ni hablaba nunca de otros temas.

No vi a nadie nunca que se lo tomara en serio.


III.

-A mí me preguntó si había comido cerezas encaramado en un árbol-, me contó una amiga.

Otro me dijo que le había dicho algo sobre la felicidad y la posibilidad de calentar nueces en un horno.

Eran anécdotas que podían ser chistosas, en cierto contexto, pero lo cierto es que nos molestaba la actitud de aquel tipo.

Era demasiado serio, probablemente, o no sé…

Lo único cierto es que su presencia nos molestaba.


IV.

Años después -diez o quince años, más o menos-, me acorde de golpe de todo aquello.

Me habían hablado de la muerte de la hija de un amigo y fue entonces que llegué a considerar la posibilidad de decir tres veces aquella palabra.

Era algo ridículo, por supuesto, pero debo admitir que se me pasó por la cabeza.

De hecho, llegué a decir en voz alta la palabra esa hasta dos veces.

No me atreví, sin embargo, a volver a decirla una tercera vez.

Nada sucedió, por supuesto, salvo avergonzarme.

Cosas que pasan, me dije.

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