domingo, 29 de septiembre de 2024

Mientras Pascal.


I.

Mientras Pascal observa la corta duración de su vida yo observo a Pascal.

Él no me ve, por supuesto, pero aunque me viese no sabría.

Pascal escribe, por cierto, sus observaciones (esa es su manera de observar, digamos), y yo finjo también que las escribo.

O sea, no las suyas, por supuesto, si no las mías, observándolo.

Pasado un rato, me parece que Pascal está profundamente afligido.

Entonces lo escribo.

Y paso a la sección dos.


II.

Tenía la intención de comenzarla distinto, pero Pascal no me lo permite.

Me refiero a que sigue prácticamente igual cada vez que me detengo a mirarlo.

Ha avanzado unas cuantas palabras en su escrito, es cierto, pero no las suficientes.

No las suficientes, aclaro, como para cambiar mi propia observación.

La única manera de hacerlo, pienso ahora, es dejar de mirar a Pascal mientras observa la corta duración de su vida.

Pero entonces debería dirigir mi mirada hacia otro punto.

Y no sé, sinceramente, si eso es algo que preferiría hacer.


III.

¡Pascal y la conchesumadre…!

Seis horas lleva ahí, frente a la hoja, el francés culiao.

Ya se hizo de noche y yo ni siquiera recorrí, esperando a que avanzase.

Para cuando termine, Ruan probablemente estará cerrada.

Sus tiendas, me refiero, por supuesto.

¡Si hasta las iglesias cierran temprano!

¿Espera?

¿Quieres tranquilidad en la espera…?

...

¡Devastación!

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