lunes, 4 de marzo de 2024

El gato apareció con una ardilla en el hocico.


El gato apareció con una ardilla en el hocico.

O más bien, con el cuerpo de una ardilla.

Entro por las puertas correderas que están junto al comedor y se acercó hasta K., que estaba todavía sentada, viendo el celular, luego de tomar desayuno.

J., su hija, estaba sobre la alfombra, a pocos metros de distancia, pintando con lápices de cera los dibujos de un libro para colorear.

El gato dejó la ardilla junto a uno de los pies de K., y se frotó con su pierna para llamar la atención.

K., sin embargo, no hizo caso del animal, e incluso empujó con su pie al gato para que fuese a otro lugar.

Entonces el gato volvió a recoger el cuerpo de la ardilla y se acercó a la niña, que seguía pintando, distraída.

Esta vez, para evitar ser ignorado, el gato dejó el cuerpo de la ardilla directamente sobre el dibujo que J. estaba coloreando.

La niña, se demoró unos segundos en reaccionar, pues no entendió inicialmente qué era aquello que el gato había puesto ahí.

Y claro, su reacción fue una serie de gritos que llevaron a su madre a gritarle de vuelta, diciéndole que se callara de inmediato o se fuese a su habitación.

Ante los gritos, J. vio alejarse al gato con la ardilla nuevamente en su hocico.

Así, finalmente, el gato salió por las mismas puertas correderas por las que antes había entrado.

De la ardilla que llevaba en su hocico, por cierto, ninguno de nosotros logró saber nada.

K. y J., como ven, perdieron la ocasión.

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