-Y entonces, ¿cómo decirlo…? Pues supongo que una cosa, simplemente, llevó a la otra.
-¿Una cosa llevó a la otra?
-Exacto. Eso dije. Una cosa llevó a la otra.
-¿Y eso qué quiere decir, en este caso?
-Lo que dice, supongo, nada más… que entre montones de cosas algunas se llaman y de vez en cuando alguna responde ese llamado y va entonces hacia otra… cosas o personas, en este caso poco importa… usted debiese comprender, al menos…
-No he dicho que no comprenda, pero las palabras…
-Las palabras también funcionan así… unas llevan a otras, ¿no crees?
-No sé si creo… O si quiero creer… ¿No ves que todo es muy azaroso de esa forma, muy falto de sentido, muy vacío…?
-No, no es eso… O no es ese vacío, más bien… entre las cosas digamos que hay un vacío distinto… todo se sostiene de un vacío distinto… Y no es tan terrible, a fin de cuentas…
-No te entiendo.
-No vas a querer entender, aunque entiendas… Para entender tienes que partir por reconocer que no estamos vacíos… o no de la forma que crees, al menos…
-¿Y de qué forma entonces?
-Llenos de nada, tal vez… Recogemos los vacíos y los metemos en el nuestro y así nos llenamos de nada mientras las cosas del mundo acortan distancias… mientras las palabras incluso parecen unirse…
-¿Y entonces?
-Entonces buscas en medio de esa nada el final de la historia, y ya está… dejas que una cosa lleve a la otra y no le das más vueltas.
-¿Y el final, entonces?
-Al final es siempre lo mismo… nadie debe culparse si al final no pudo querer la vida… o si quiso la vida equivocada…
-¿Y es entonces cuando una cosa lleva a la otra, simplemente…?
-Sí, es entonces... Pero ese entonces es siempre y tú lo sabes.
-No sé si lo sé.
-Lo sabes. No te engañes.
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