Usted dirá.

Usted dirá. Yo escucho. Ese es mi rol hace un tiempo. Soy todo oídos, como dicen. Y espero. Sin apuro y sin excluir temas. No censuro. Puede usted hablar de cualquier cosa. Lo hago yo mientras, es cierto. Pero solo lo hago para no crear silencios incómodos. Para que usted tome confianza. Para que en las pausas pueda usted partir diciendo algo. Un ruido si quiere. Cualquier cosa. Luego tal vez una opinión. Una crítica. Una diferencia de parecer. No sé si me explico. No es que me guste oír mi propia voz. Puede parecerlo, lo admito, pero no se trata de eso. Yo simplemente aviso que estoy aquí. Imagíneme si quiere agitando una bandera. Por ejemplo, una vez, intentaba pedir a los autos que me llevaran en una carretera. Como no se detenían improvisé una serie de carteles. En uno escribí: “Soy yo”. La gente comenzó a bajar la velocidad, me miraron con detenimiento… pero no se detuvieron. Lo digo pues si quieren pueden tomar esto como un cartel similar. Bajen la velocidad. Observen. Si quieren no digan nada, nadie los obliga. De hecho, tal vez no es a mí, directamente, a quien deben decir algo. Ahora bien, si no sabe usted quién es, le comento que estoy disponible. Para que practique. Sea lo que sea yo escucho. No respondo, pero escucho. Ese es mi rol hace un tiempo. Soy todo oídos, como dicen. Usted dirá.