domingo, 16 de agosto de 2020

El cadáver no da miedo.


El cadáver no da miedo.

Pero no es solo el cadáver.

Ya sabes.

Se trata más bien de otra cosa.

Algo más.

Algo que se adhiere aunque no quieras.

Algo que se adhiere y contamina.

De eso es lo que se trata.

De intentar sacártelo de encima.

Ya sabes.

Escucha bien y no finjas…

Sé que comprendes de qué hablo.

Tú elijes las opciones.

Eso, al menos, te lo dejo.

Puedes quemarlo o enterrarlo.

Olvidar incluso el nombre.

O simplemente no observarlo.

Ya sabes…

El cadáver ya no importa.

Eso es fiambre, simplemente.

Carne seca.

Un objeto que, sin duda,
puedes lanzar directamente por la borda.

De eso hablamos, entonces.

De un plan para que eso no nos pase.

Un plan de mierda, si soy sincero.

Un plan más muerto que el cadáver.

Ya sabes…

Se nos permite bromear desde el tercer día.

Beber hasta caer, desde el cuarto.

Pero algo de eso no está bien.

Lo hablamos con el capitán, hace unas noches,
pero él no dijo nada.

Pareció molesto simplemente,
y nos mandó a trabajar en la cubierta.

Que le dábamos muchas vueltas…

Que ya todo estaba definido.

Ya sabes…

Si arrojas los cadáveres del barco, nos dijo.

Tarde o temprano.

Habrá uno que nadie va a arrojar.

Y claro… mientras lo escuchaba,
noté que el cadáver
no me daba ahora miedo alguno.

Y reí entonces tan fuerte,
que de pronto comenzó,
sin previo aviso,
a cerrarse mi garganta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales