miércoles, 19 de agosto de 2020

Un espantapájaros (principios).


I.

Un espantapájaros, no es,
más que un espantapájaros.

Usted dirá que esto es obvio,
por supuesto,
pero yo me sé trascendental.

No profundo.

No genial.

Pero sí trascendente.

Por lo tanto
si usted revolotea acá
y no le gusta esto,
(o le gusta un poco,
pero no lo acepta),
puede salir
tranquilamente
por donde entró.

No se haga usted problemas.


II.

De lejos, también,
un espantapájaros
sigue siendo
un espantapájaros.

Lo que parezca ser,
después de todo,
no tiene importancia alguna.

La vida que parece buena.

La mujer que parece hermosa.

Esas sí que son frases sin sentido.

¿No está de acuerdo conmigo?

¿Le parece que estoy equivocado?

Pues yo no intento aquí
convencerlo de nada.

Recuerde que le dije
que me sé trascendental

Y todo nos trasciende,
querido lector,
cuando ocurre que es cierto.


III.

Un espantapájaros es,
por siempre,
un espantapájaros.

Recuerde que el ser
no cambia
con el tiempo.

Admito que la piel se arruga,
sin embargo,
y acepto también
la idea de desgaste.

No puedo aceptar,
aunque quisiera,
nada más.

Y es que todo el resto,
digamos,
son apenas pareceres.

Y ya le dije,
lo que pienso sobre eso.

Estoy firme aquí,
esa es mi postura.

Usted, en cambio,
solo vino a pasearse,
nada más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales