domingo, 11 de noviembre de 2018

Quiero el bien, quiero el mal (I)

“Quiero el bien, quiero el mal
y al final no quiero nada”
F. P.
I.

No sé bien porqué quiero todo aquello.

Ni qué ni a quién ni nada de eso que algunos llaman: metas por las cual vivir.

A veces, por ejemplo, pienso que son otros, y que elijo alternativas distintas.

Esta vez, sin embargo, las distintas opciones llevan a lo mismo, así que intuyo, algo habrá de pasar.


II.

El bien y el mal no son, como se cree, dos opciones de camino.

Y es que no hay camino, finalmente, si es que observas bien.

Todo es permanecer.

Todo es permanecer.

Todo es permanecer.

Y como por un hechizo antiguo, adquieres de pronto la posibilidad de ser atendido por Alguien que sabe la verdad, sobre aquello que verdaderamente, está ocurriendo.


III.

Quiero el bien y quiero el mal, le dices entonces a ese Alguien.

Quiero vivir por algo que vaya más allá de este permanecer.

No se bien por qué quiero todo aquello, le dices.

Y lloras sin querer, y con querer y ya ni sabes, la diferencia que existe entre todas las cosas.

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