lunes, 12 de junio de 2023

Exterminador de plagas.


Como a lo mejor hay plagas llamo al exterminador de plagas. El exterminador de plagas, por cierto, no es un exterminador en específico, sino más bien una pareja de tipos de mediana edad, no muy entusiastas, que llegan luego de haber tenido una tensa conversación para poder agendar la visita.

-¿Y de qué plaga estaríamos hablando? -me había preguntado una mujer, probablemente la secretaria del exterminador.

-No estaríamos -la corregí-, ya estamos hablando… Y lo cierto es que no sé de taxonomías de plagas. No es mi área de estudio. Creo que es mejor que venga el exterminador y lo averigüe.

-Necesitamos saber si se trata de una plaga de ratones, cucarachas o de qué tipo -dijo entonces-, debemos tener esa información para saber qué equipo enviamos.

-Que equipo enviaremos -la corregí-, aún no lo ha enviado…

-De acuerdo, pero debemos contar con esa información…

-Contar tampoco es la palabra correcta -le aclaré-, pero… ¿No puede simplemente enviar al exterminador de plagas y ya?

Ella guardó silencio un rato. Me pareció que consultaba algo en su lugar de trabajo. Luego de esto todo fue más fácil. Me informó de precios y formas de pago y yo entregué la información. Elegí el servicio de urgencias, que era el de costo más elevado. Eso pareció calmarla.

Dos horas después el exterminador de plagas llegó. Fue entonces que descubrí que no se trataba de un exterminador si no dos tipos de mediana edad, no muy animados, como ya he dicho.

-Quiero que acaben con la plaga -les dije.

-¿Qué plaga? -preguntó uno de ellos.

-Eso tendrán que averiguarlo ustedes -les aclaré-. Según entiendo eso es parte del servicio.

Ellos se miraron y me pidieron que esperara. Uno de ellos llamó por teléfono y luego comentó algo con el otro. Solo entonces se volvieron hacia mí.

-De acuerdo -dijeron-. Identificaremos la plaga y acabaremos con ella.

-¿La exterminarán? -pregunté.

-Eh… sí, por supuesto -contestaron.

Luego de esto los hice pasar. Me preguntaron si había personas en el lugar. Yo les dije que sí, pero solo ellos y yo, nadie más. Ellos asintieron.

-Pueden trabajar tranquilos -les dije-. Yo mientras puedo salir de casa y hacer unas compras. Sé que se demoran unas horas en esto.

-Solo un par -me aclararon-. Luego es bueno que el lugar se ventile y que no ingrese por otro par de horas a ciertas zonas…

-Entiendo -comenté-, entonces mejor estoy fuera por más de cuatro horas, así cuando llegue tendré acceso nuevamente a toda la propiedad.

Ellos se miraron y luego de unos segundos me dieron la razón. También me pidieron firmar de antemano la recepción del trabajo pues no podrían esperar las cuatro horas. Como entendí su punto les pedí el papel, y firmé. Luego se los devolví. Ellos observaron mi firma como si fuese un bicho.

-¿Todo bien? -les pregunté.

-Sí -dijeron, todo bien.

Luego ellos comenzaron a trabajar y yo me fui del lugar. Poco después, seleccioné un contacto en el celular y hablé fuerte y claro.

-Todo está listo -dije-. Ya están en la casa. Sí… No te preocupes… Me pareció que no eran muy listos.

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