miércoles, 13 de agosto de 2025

Las tareas.



Las tareas quedaron, como siempre, escritas en un papel.

Y el papel, como siempre, quedó afirmado bajo un peso, sobre la mesa.

Así lo encontró G. la siguiente mañana.

Igual que siempre, pensó, solo que esta vez el papel era más extenso.

No tanto como para pensar en una carta de despedida –aunque lo había pensado apenas verlo-, pero sí para comprender que esta vez la ausencia sería más prolongada.

La lista, por cierto, en esta oportunidad estaba escrita a ambos lados de la hoja, y como hablaba del pago de cuentas y de trabajos que se proyectaban por varias semanas, G. calculó que P. estaría fuera al menos un mes. Lo que duraban sus vacaciones de verano, prácticamente.

Habían hablado de ello, tiempo atrás, aunque sin especificar fechas específicas ni periodos ni nada concreto en realidad, simplemente conscientes de que algo ocurría y que no se sabía suficientemente de ello, como para poder hablarlo.

También habían acordado que no se pondrían en contacto en esos periodos, para respetar esa distancia.

Un día, sin embargo, aproximadamente un par de semanas después que P. partiera, G. comenzó a preguntarse por las plantas del patio.

Las notaba extrañas, aunque en realidad, pensó, no recordaba el aspecto previo, con precisión.

Después de todo, era P. quien se había preocupado de ellas, y como las ausencias anteriores habían sido breves -2 o 3 días como máximo-, y en la lista de tareas no se hablaba de ellas, no se había planteado la necesidad de regarlas.

Además, pensaba, cómo se sabe si son plantas que hay (o no) que regar.

Le dio vueltas a esto por varios días.

Releía la lista una y otra vez, como si hubiese alguna mención oculta a aquellas plantas, pero no la encontró.

Memorizó incluso todo lo que decía la lista, buscando algo sobre las plantas.

A lo mejor lo que busco es una excusa para llamar a P., pensó, mientras tomaba en sus manos la manguera del patio, para comenzar a regarlas.

Extrañamente lloró un poquito, cuando abrió la llave.

Y sintió, al hacerlo, como si hubiese dado un paso totalmente irreparable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales