jueves, 23 de junio de 2022

Serio.


Ella:

“Lo dijo tan en serio que me sorprendió. De hecho, creo que hasta entonces nunca lo había oído habar en serio. Se lo comenté, por supuesto. Le dije que parecía otro hablando de esa forma. Que le había cambiado la cara, incluso, hablando en serio. Él me miró entonces, supongo que pensando qué camino tomar a continuación. Si seguir serio, me refiero, o retomar el tono habitual que tenía siempre. Y su rostro habitual, de paso. Ni yo misma sabía qué quería. Había tanta diferencia entre ambos que me asustaba enfrentarme a esa persona nueva. Era peligroso, supongo. No sé.”


Él:

“Atrás de ella estaba ella. Ni siquiera se asomó cuando la llamé. Cuando hice el último llamado. Me dijo que me había cambiado el rostro, que era extraño oírme hablar en serio. Su mirada era la misma. Escogía ser la misma. Prefería arrancar del sitio donde estaba y hablarme desde la piel. Desde de la sorpresa en que era yo el extraño y no ella. Fue un momento tenso. Y triste, para mí. Me refiero a que la buscaba, en silencio, intentando hacerla salir. Como un animal que cambia de piel me hubiese gustado verla salir de ella misma. Era peligroso, pero necesario. No sé.”

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