Ella discutía con él todo el tiempo.
O él discutía con ella, si quieren, pues no intento direccionar el origen de la discusión desde uno de ellos en específico.
Lo aclaro ante todo pues trato de no tener, a este respecto, posición alguna.
En este sentido, simplemente pretendo describir aquello sobre lo cual discutían, según ha llegado hasta mí.
Acepto de antemano, sin embargo, aquellas críticas que puedan apuntar a la falta de contexto, historia y referencias que permitan llevar la discusión hacia un terreno más trivial. Donde la comprensión superficial es siempre más cómoda y sencilla, aunque no por eso más certera.
Y es que yo aspiro, por cierto, a otra comprensión.
He aquí, entonces, la esencia de aquello que llegó hasta mí:
Ella, decía que se trataba un túnel.
Él, insistía en que se trataba de un pozo.
Mientras discuten pueden ustedes imaginarlos observando la entrada oscura de aquello sobre lo cual discutían.
O la salida, si desean verlo de otro modo.
El punto es que discutían sobre aquello, sin dar mayores argumentos y sin atreverse o intentar comprobar, su posición.
Apenas, admitamos, lanzaban algunas amenazas:
Si yo entro ahí y no regreso, decía ella, sabrás que se trata de un túnel.
Pues si yo entro ahí y no salgo, admitirás que se trata de un pozo, contestaba él.
Y así, por supuesto, discutían todo el tiempo.
Ahora, me gustaría contarles -lo admito-, una secuencia de hechos o situaciones que puedan transformarse en algo similar a un desenlace, para la situación anterior.
No cuento, sin embargo, con ningún tipo de elemento para construir aquello.
Y es que tampoco ingresé, digamos, en ese túnel (o pozo), ni indagué más sobre ellos y su actual situación.
Además, lo que debía decirse, ya ha sido dicho.
Por lo mismo, imaginemos mejor que ellos siguen discutiendo, usted leyendo y yo escribiendo.
Y que cada cual, busque una respuesta que le satisfaga.
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