domingo, 26 de agosto de 2018

El abuelo se levanta en las noches.


El abuelo se levanta en las noches. Hace poco ruido y camina apenas. Uno no lo escucha sino hasta que bota algo. Entonces sabemos que alguien anda ahí y tras pensarlo unos segundos sabemos que es el abuelo. En un principio nos levantábamos e intentábamos volverlo a su cama. Luego dejamos de hacerlo. Y es que nos dimos cuenta que sus paseos no eran tan peligrosos. Por ejemplo, a veces se levanta y va a sentarse al comedor, como si esperara que le lleven comida. Mi abuela le llevaba, antaño cuando él se sentaba en ese lugar. Son simplemente paseos a destiempo, nos decimos. Ir hasta el living. Sentarse frente a la tv apagada. Pararse frente a la ventana que da al patio, a oscuras. Sus paseos son de esa índole. Como si interactuara con alguien que no vemos. O como si estos movimientos moviesen un abuelo en otro mundo. Donde tal vez esto complete su sentido. Es extraño, sin duda. El mismo doctor lo ha dicho ya que le hemos llevado grabaciones y él las ha revisado. Nos ha dicho que lo dejemos así. Que es bueno que se mueva. Que si no hay accidentes no hay problema. Además, por las mañanas, lo volvemos a encontrar acostado. Casi todo el día lo pasa acostado. Come apenas. No habla con nadie. Se levanta al baño y a veces debemos ayudarlo con su aseo. No es tan grave, en ese contexto, que se levante por las noches. Que tenga una vida secreta, digamos. Se trata simplemente de vivir en turnos distintos. Mi abuela lo habría dicho así. Le habría quitado importancia. Dejen que el viejo de vueltas por la casa, nos habría dicho. Y eso es lo que hacemos. Lo dejamos. Intentamos conciliar nuevamente el sueño, si es que nos hemos despertado. Por lo general lo logramos. Hemos aprendido a lidiar con eso. No hay heridos y estamos en paz, acostumbramos concluir. Eso es todo lo que importa.

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