lunes, 7 de marzo de 2016

Abrazar al mundo.


Ganas de abrazar al mundo.

Me vienen ganas de abrazar al mundo.

Abrazar y abrasarlo, con ortografía cambiada, incluso.

No sé de dónde vienen esas ganas, pero me iluminan por completo.

Agradezco eso, por supuesto.

Y espero.

Mientras tanto, eso sí, enciendo antorchas.

Y es que esa es mi forma de esperar.

El fuego arde como nunca, y la llama es limpia.

Aunque claro, no siempre es cosa fácil.

A veces, si soy sincero, desespero.

Pero claro, son solo ganas de abrazar al mundo.

Abrazar y abrasarlo, como les decía antes.

Cargar las antorchas en mis manos.

Dejarlas en el bosque donde una vez habitó el hombre.

Dejarlas en la iglesia, donde dicen que tal vez, habitó Dios…

Quizá entonces, un día en que la luna esté más cerca.

Y asciendan las llamas y las voces se escuchen a lo lejos.

Quizá entonces quiera alguien entender,
por qué hago esto y por qué lo agradezco.

Y es que esas son cosas que alguien,
definitivamente,
debiese entender.

Y bueno…
si esto fuera una canción ahora podría venir el coro.

Y el coro diría que tengo ganas de abrazar al mundo.

Abrazar y abrazarlo, por supuesto.

Y nadie sabría con qué ortografía digo aquello.

Y nadie sabría tampoco
si alegrarse o no
ante aquella canción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales