jueves, 5 de junio de 2025

Costumbres extrañas (IV)


No sé qué podría decirles, pero lo cierto es que ella les hablaba a los pasteles antes de comerlos.

O les hablaba mientras los comía, más bien.

Lo hacía con un tono amistoso, aunque sus palabras no siempre iban a la par.

Digo esto porque la escuché, por cierto, aunque sobre aquello que oí hablaré más tarde.

Antes, aclararé que ella les hablaba exclusivamente a los pasteles.

Y era estricta.

En este sentido, no les dirigía la palabra a los queques ni bizcochos, por ejemplo.

Solo a pasteles que cumplieran con los requisitos básicos:

Tener crema y/o relleno.

Trozos de torta de cumpleaños, por ejemplo.

Pasteles para bautizos o grandes tortas de bodas.

O eso fue al menos lo que pude observar.

Nunca lo comenté con nadie, pero siempre la observaba.

De hecho, para saber lo que les decía, dejé varias veces mi celular grabando junto a ella, y luego me alejaba para no incomodar.

Fue así que descubrí, por cierto, aquello que les decía.

Frases cortas, secas, algo violentas incluso.

No amenazas, sino factos.

Esto les sucede por no morirse, la escuché decir una vez.

No eres tú si estás relleno de una cosa ajena, la oí decir en otra.

Luego (o mientras tanto), simplemente los comía.

Sin expresióin alguna.

Una costumbre extraña, como pueden ver.

Así era.

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