domingo, 19 de octubre de 2025

Dicen que fui cruel.

“Lo que vuelve cruel a un hombre
es sobre todo la conciencia de ser amado”
Y. M.


I.

Dicen que fui cruel, pero yo al menos sé que no.

Es decir, sé que el daño no vino de mí, exactamente, y que no fue intencional en lo absoluto.

De hecho, a veces, dudo incluso de ese daño que mencionan.

Dudo de su existencia, me refiero, y de la naturaleza primordial de aquel fenómeno.

Esto es cruel, podrán decir.

Eso lo admito.

Pero como yo lo pienso y no lo digo, no termino haciendo daño a nadie.

He analizado esto varias veces, por cierto, antes de alejarme de la culpa.

Y no hay crueldad, convengamos, si no hay daño.


II.

Creo que leí algo así, una vez, en un libro de Mishima.

“La crueldad de quienes no son amados carece de importancia”.

No estoy seguro de que haya sido exactamente así, pero de esa forma lo recuerdo.

Si no fue así, en todo caso, estoy seguro que planteó que el origen de la crueldad, era la consciencia de ser amado.

Así que podría concluirse, sin duda, algo parecido a lo que he dicho.

Igualmente, yo no uso las palabras de Mishima como argumento ante los otros.

Solo las recuerdo (y las repito), para aligerar el peso.

Para decirme a mí mismo que no hubo crueldad ni daño y probablemente tampoco amor.

Y que todo lo que sentimos que duele (o que nos duele), se encuentra sobrevalorado.

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