viernes, 2 de mayo de 2025

Poco sé.


Poco sé.

Aunque me pregunten e insistan, poco sé.

Pensaba que sí, tiempo atrás, pero ahora sé que no.

Pensaba que sí sabía más, quiero decir.

Eso pensaba, pero no era.

Aquello me sorprendió, por cierto.

Y es que yo esperaba saber más.

Por ejemplo, una vez, quise anotar lo que sabía.

Pero bueno… lo cierto es que no llené una hoja.

Ni media, en realidad.

De todas formas, no saber,
no resultó ser, en modo alguno,
una tragedia.

Me refiero a que igual fue bueno descubrirlo.

Ya hasta reí un poquito, esa vez,
al ver lo que había escrito.

Menos peso, me dije entonces.

Ahora voy con menos peso.

Así, más liviano, comencé a levantar los hombros
ante cualquier pregunta que me hacían.

A veces, también sonreía.

Poco sé, me excusaba.

Incluso nada.

Las interacciones eran breves.

Y no saber me llenaba de alegría.

A pesar de lo anterior,
no he podido explicarme, todavía,
por qué la gente sigue preguntándome.

Tal vez, me digo,
ellos no quieren realmente las respuestas.

Sí, es eso…

Probablemente se conforman
con la honestidad del no saber.

Poco sé, les digo.

Y es cierto.

Entonces, nuestras miradas se cruzan,
libres de todo conocimiento.

Sin manchas, quiero decir.

Hermanos en la ignorancia.

No sabría qué confesar, si me torturan, digo ahora.

Poco sé.

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