jueves, 17 de julio de 2025

Ella escribió un libro en esos años.


Ella escribió un libro en esos años.

Un libro cuyo contenido fue escribiendo poco a poco, y sin buscarlo.

Así me lo explicó, al menos, cuando volvimos a vernos, después de mucho tiempo.

Esto fue lo que me dijo:

El libro trata de todo aquello que aprendemos, aunque no queramos.

De hecho, minutos después comprobé que así mismo se llamaba el libro.

“Lo que aprendemos, aunque no queramos”, leí, en su portada.

Ella abrió un bolso y me lo mostró.

Era un libro pequeño, aunque bastante grueso.

En su cubierta tenía también una ilustración abstracta, con tonos cercanos al lila.

Y más abajo estaba su nombre.

De verdad es tuyo, le dije.

Ella asintió.

Luego me entregó el libro.

Lo hojee un poco, con cuidado.

Leí algunas frases sueltas.

Luego lo cerré.

Cuando fui a devolvérselo ella detuvo mi mano.

Es tuyo, me dijo, sonriendo.

Si quieres puedo dedicártelo.

Probablemente pensó que aceptaría, pero me negué.

Amablemente, es cierto, pero me negué.

Gracias, pero si me lo llevo no voy a leerlo, le dije.

Además, si habla de cosas que ya aprendí, puede que sea innecesario.

Ella me miró, confusa.

Tal vez, incluso, algo molesta.

Tomó el libro, lo observó y luego volvió a meterlo en el bolso.

Para no incomodarla más, dije que debía irme y me despedí.

Así es, le dije, aunque no queramos.

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