"A veces no hay una lección..."
M. L.
La idea parece absurda, pero los estudios realizados
afirman que funciona. Todo aparece hoy en el suplemento de un diario de
supuesto prestigio, prácticamente como un reportaje. En principio, la idea fue
de un psiquiatra finlandés, pero la implementación corrió por parte de una
empresa de prestigio, que al final se está quedando con la fama. Se trata de combatir
la delincuencia, por supuesto, solo que esta vez a través una empresa de Guardias de Inseguridad. Ahora bien, es
cierto que cuando se escucha por primera vez parece una mala broma, pero los
hechos demuestran que son bastante efectivos. Y es que según sus estudios, por
muy preparados y entrenados que estuvieran los guardias de seguridad
tradicionales, el delincuente promedio ya sabe qué esperar de ellos y, por lo
mismo, puede preparar de antemano estrategias para anularlos, de una forma u
otra. En cambio, la presencia de estos Guardias
de Inseguridad –cuyos requisitos esenciales son ser débiles, cobardes e
idealmente desequilibrados-, puede resultar más disuasiva, sobre todo si se
tiene en cuenta la poca predictibilidad de sus acciones y la irracionalidad de
algunos de sus actos. Por otro lado, en el reportaje también se señalan otros
puntos a favor de este servicio, entre los que pueden mencionarse la empleabilidad
de sujetos que difícilmente pueden insertarse en el mundo laboral y la
consiguiente mejora del empelado, quien puede asimilar su nueva actividad como
parte de una terapia o directamente como un tipo de tratamiento, si es que la inestabilidad
del sujeto era perjudicial para él en otras áreas de su vida. En definitiva, se
destaca finalmente en el artículo, se trata de revalorizar la inestabilidad y
la desesperación como herramientas que pueden ser útiles a la estabilidad
general de la sociedad. De más está decir que esto último, por cierto, terminó
de convertir en mierda esta bella iniciativa.
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