jueves, 23 de octubre de 2025

La lluvia esa no acabó con la sequía.



La lluvia esa no acabó con la sequía.

Es más, algunos dicen que ni siquiera ayudó.

Algunos expertos dicen eso, quiero decir.

Yo los escuché atento, mientras hablaban, pero lo cierto es que no comprendí.

O no del todo, al menos.

Lo que ocurrió fue que me enredé con algunos términos y cifras y al final hasta me olvidé que había llovido.

O sea, no me olvidé del todo, pero igual fue raro pues terminé poniendo en duda la lluvia que me había empapado esa misma tarde.

Ya ven que absurdo suena contarlo…

Pero lo cierto es que ocurrió así.

¡Y es triste como pasan esas cosas!

Me refiero a que mi ropa todavía estaba húmeda, y yo ya estaba dudando.

Debí sentir vergüenza, pienso ahora, pero no fue así.

Lo que sentí en cambio fue que estaba prácticamente seco y que no había sido realmente una lluvia aquello que cayó.

Y claro, fue así que olvidé, en definitiva, aquello que no debía olvidar.

O aquello que pensé no podía, incluso, llegar a olvidarse.

Seguimos en sequía, dicen los expertos, sin importar lo que ocurra.

Y sus voces son también grietas secas, por las que se pierden las sensaciones que dejamos caer.

La lluvia esa no acabó con la sequía, siguen diciendo.

Y no ayudó, prácticamente, en lo más mínimo.

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