domingo, 22 de noviembre de 2020
Si la voz no te sale.
Si la voz no te sale.
Si no la encuentras.
O si la encuentras hecha un nudo.
Si ahí donde debe estar hay un vacío.
O hay un grito.
Si no reconoces esa voz que aparece.
Si te duele al buscarla como si reabrieras una herida.
O si huye de ti y no te reconoce.
Si tus palabras no se adhieren a tu voz.
Si volvió de pronto al silencio donde simulaba dormir.
O si es amarga y se retuerce.
Si se aferra dentro como si fuesen uñas en la piel.
Si se atrevió a salir de ti y ahora regresa derrotada.
O si tu voz duele.
Si le es indiferente la verdad de la mentira.
Si tu voz arroja piedras.
O si es como un cuchillo que has aferrado desde el filo.
Deja simplemente que se hunda en ti nuevamente.
Acepta que salió a una luz que no le pertenecía.
Que todo es engaño ahí donde sale la voz.
Si el miedo la contuvo.
Si creíste por un momento que podía ser diferente.
O si el grito te quema los ojos.
No temas a ese grito.
Deja que crezca como espinas en tu garganta.
Deja que desgarre tu interior y tu pecho.
Esa voz es tuya.
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