-¿Te has dado cuenta cómo son las cosas?
-¿Qué cosas…?
-Todas las cosas… Lo que pasó en ese cuarto, por
ejemplo, cuando encendimos la luz.
-Claro… vimos que había cucarachas… y que corrieron
a esconderse rápido…
-Sí, pero no sé si a esconderse… yo creo que a
ellas les gusta la oscuridad, solamente…
-¿Cómo…?
-Me refiero a que no creo que se escondan… solo les
gusta mucho la oscuridad…
-Pues a mí también me gusta algunas cosas, pero no
voy así de desesperado hacia ellas…
-Justamente… no vas así porque todavía no has
entendido cómo son las cosas…
-¿Me estás hueveando?
-No… solo quería saber si te dabas cuenta…
-¿Darme cuenta de qué…?
-De cómo son las cosas… ya te dije.
-No quiero hablar más, hueón, cada cierto tiempo te
sale esta parte chanta y hay que seguirte el juego… tratarte como un
maestro o qué sé yo…
-Así no son las cosas…
-De acuerdo. Tienes razón… Pero no voy a hablar,
hueón…
-Lo que pasa es que no lo has pensado de otra
forma.
-…
-Las cucarachas, por ejemplo. Tal vez nosotros
preferimos la luz porque ellas prefieren la oscuridad.
-¡Claro, hueón…! Y si ellas prefirieran la luz
nosotros viviríamos en la oscuridad… ¿eso estás diciendo?
-Estoy diciendo otra cosa, en realidad, pero
supongo que prefieres quedarte en esto.
-¡Exacto! Porque según tú yo no entiendo las cosas.
-Sí entiendes las cosas. No entiendes cómo son,
pero las entiendes…
-De acuerdo, hueón. Tienes toda la razón. Ahora
cállate un poco y deja de fumar esa hueá…
-Da lo mismo lo que haga… al final la versión que
queda es tuya… y puedes terminarla cuando prefieras.
-Exacto. Cuando yo prefiera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario