Mi capítulo favorito de Samurai Jack es el que
ocurre en el puente colgante. No la versión que tuvieron que dar en tv, donde
incorporaron el personaje de un escocés que venía en sentido contrario, tocando
la gaita. En el episodio original solo aparece Jack, en el puente. Avanzando. Y
ese es mi favorito. Día tras día avanzando, sin ver el final del puente.
Durmiendo en él, incluso, para recuperar fuerzas antes de seguir la marcha. Tambaleándose
un poco, cuidándose en cada paso pues la madera no es muy firme. Ese es el
episodio que me gusta. Jack avanzando y sin decir palabra alguna, aunque claramente
sus expresiones cambian. Respira hondo, hace pausas… tantas que por un momento
pensamos que tal vez decida volver, o quizá tema encontrar el principio,
nuevamente, al final del puente. Cambia el tiempo. Se sucede el sol, la bruma,
la lluvia y el viento… El horizonte incluso, parece otro, de vez en cuando. Sin
embargo, ni el personaje ni nosotros logramos ver qué hay bajo el puente ni en
sus extremos. Solo vemos a Jack, sobre el puente. Pasan así veinte minutos.
Entonces, ya cerca del final del capítulo, Jack observa una lagartija que
avanza por el puente, buscando los rayos del sol. Jack no dice nada, pero algo en él parece alegrarse.
Mira luego hacia el final del puente y observa algo, que no se revela a los
espectadores. Por último, se muestran únicamente los pies del samurai, quien
parece estar a punto de dar un paso. Antes de darlo -o no darlo-, se acaba el
capítulo.
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