Hablamos de cosas distintas, dijo ella. Siempre
hablamos de cosas distintas. Por eso es que ahora prefiero ya no hablar. Ni
hablar ni escuchar, en todo caso. Ni siquiera quiero que te esfuerces esta vez.
Eso aburre. No quiero que entiendas ni que quieras entender. Y no lo quiero no
solo porque estoy cansada sino además porque no podrías. Me refiero a que
terminarías hablando de algo y yo, como siempre, de otra cosa. Ya sabes: cosas
distintas. Distintas y ajenas, a fin de cuentas. Patéticamente ajenas, incluso…
¿Te acuerdas que una vez lo dibujamos? Siameses unidos por el culo y que nunca
han visto realmente al otro. Esa vez nos reímos incluso, pero de eso ya hace
años. De todas formas yo creo que hasta en eso nos estábamos riendo de otra
cosa. Riéndonos honestamente, tal vez, pero el punto es que reíamos de cosas
distintas. Siempre ha sido así, si lo piensas. No tendría por qué cambiar. Sé
que querrás negarlo, pero al menos debieses reconocer que se trata del futuro
más probable. Años y años que vendrán y en los que seguiremos siempre de la
misma forma. Al menos ahorrémonos el ruido, dijo ella. Hablamos de cosas distintas
así que turnémonos mejor y así no naufragamos. Hoy me tca a mí y mañana a ti,
si quieres. Tienes tiempo, incluso, para practicar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario