-¿Y dice usted que me vio dónde…?
-Lo vi el otro día, sobre el techo, parece que
estaba arreglando algo… según recuerdo fue el martes.
-¿Sobre qué techo?
-Sobre su techo, claro…
-Pues no era yo, vecina…
-Claro que lo era, si hasta nos saludamos a lo
lejos…
-¿Qué tan lejos?
-Yo desde el patio y usted se veía sobre el techo…
ahí, mire, justo donde está el pájaro.
-Pues no creo que el martes haya estado ese pájaro.
-¿Qué?
-Ya le dije, vecina. No creo que ese pájaro este
ahí desde entonces.
-Pero no sea hueón po, vecino… yo le digo lo del
pájaro como un punto de referencia no más.
-¿Un punto de referencia de qué?
-De usted pues, vecino… de usted arriba del techo.
-¿Y cuándo?
-El martes… si ya le dije…
-¿Y yo era un punto de referencia de ese pájaro…?
-Al revés vecino, para el otro lado…
-Los puntos no tienen lados.
-Le digo que el pájaro ese sirve como punto de
referencia para donde estaba usted.
-¿Y si se vuela el pájaro?
-¿Qué pasa si se vuela el pájaro?
-¿El punto se va con él?
-No… ya le dije que los puntos son alguna marca
referencial…
-¿Y se quedan ahí siempre?
-¿Los puntos, dice usted?
-Claro.
-Pues sí, supongo que sí.
-Pues entonces voy a subir a borrarlo, me gusta que
el techo esté impecable.
-¿Sabe vecino…? No sé si me está hueveando o no,
pero mejor me voy a entrar y dejamos las
conversación hasta acá…
-Es que no se va a poder eso, vecina... hoy es
martes.
-¿Y qué?
-Que me debo subir al techo y usted debe estar en
el patio, para verme.
-…
-Y después tiene qué decirme que me vio en el techo
y…
-¿Usted está loco?
-No, no lo estoy, vecina… piense que es como un
punto de referencia… pero un punto único, luego ya no hay modo de salir.
-…
-Igual no se asuste, uno olvida pronto, y luego
sale natural de nuevo…
-¿Está seguro…? Como que empecé a sentirme
confundida…
-No se preocupe, vecina, es lo normal… si quiere le
ayudo para seguir…
-De acuerdo…
-Pues cuente hasta tres mentalmente, luego yo sigo...
-...
-¿Y dice usted que me vio dónde…?
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