"Él me dijo que era linda, pero no soy linda. Por lo
tanto él miente. Y si por casualidad no mintiera y fuera linda el mundo entero
habría mentido y yo misma y hasta el tiempo todo. Entonces, mi vida habría sido
una equivocación rotunda. Años de una equivocación rotunda. Por lo mismo,
sinceramente prefiero no ser linda y vivir en la verdad que ser linda y haber
vivido engañada. Dicho esto, me enojo con él y le digo que no quiero verlo más.
Ni verlo, ni escucharlo ni nada. Le digo que me desagrada y en parte es cierto.
Además soy una persona ocupada. Por ejemplo, mañana trabajo y no tengo tiempo
para jugar a estas cosas. Y sí, puede que la situación me entristezca un poco. Y
es que tal vez nunca nadie vuelva a decirme que soy linda, pero en realidad no
importa. De verdad no importa, Después de todo, es mejor no engañarse y vivir
tranquila. O sea, yo al menos lo entiendo así: la tranquilidad es algo bueno.
Algunos no comparten eso, pero yo tengo que estar de acuerdo conmigo. Eso es
siempre primero. Aceptar la tristeza chiquita y la verdad grande y hacerse una
vida con eso. Después vivirla. Mientras y después vivirla. Él no importa. Esas tristezas pasan. Debiera escribirlo cien veces para
que sea cierto. De eso creo que se trata todo esto."
No hay comentarios:
Publicar un comentario