No estoy loca,
me dijo, pero podría estarlo. Es cuestión
de no esforzarse, nada más. Se trata de dejarse ir. De soltarse, más bien... ¿A
qué está agarrado usted, a todo esto? Porque no me va decir que no se agarra a
nada. Además eso es lo que nos mantiene en pie, no los huesos, por si no lo
sabe… Yo misma, por ejemplo, me aferré al trabajo y a mi hija… Luego me cansé
un poco y me solté… Luego me agarré a otras cosas… Hay muchas cosas a qué
aferrarse, ¿no cree? La idea de Dios, el amor, la ciencia, las artes… Todo son
agarraderas, si se piensa… Yo estoy tentada a soltarme, pero ya ve, me aguanto.
Por eso no estoy loca. Aunque claro, debo reconocer que tienta saber qué se
siente. Me refiero a soltarse y ver hacia dónde cae uno. Hacia abajo, hacia
arriba, o tal vez simplemente comenzamos a flotar, como esos astronautas que a
veces se lanzan al vacío y que nadie reporta. ¿No le parece extraño a usted?
Eso de aferrarse, me refiero. Eso a lo que le llamamos cordura y que no es más
que un ancla, a fin de cuentas… A todo esto, ¿me contestó ya a qué se aferra
usted? ¿Sabe hacia dónde caería? Yo le recomienda que lo sepa, para que no se
suelte. Es decir, no creo que usted sea un buen loco. Nos falta estilo, pienso
yo. Sobre todo a usted, me dijo, le
falta estilo.
Como si se tratase de un invento...
ResponderEliminarDespojarnos y des-habituarnos de nosotros/as mismos/as...